lunes, 11 de febrero de 2008

¿COMO NOS MOVEMOS?


Los seres vivos realizamos movimientos en respuesta a diferentes estímulos que recibimos del exterior, es decir, del medio ambiente. Pero también hay estímulos internos de nuestro organismo que implican movimiento, para lograrlo intervienen partes y sistemas como los que describimos a continuación: El esqueleto, que sirve de soporte de nuestro cuerpo, está formado por huesos, articulaciones y cartílago. Ayuda al movimiento, almacena minerales, produce las células de la sangre y protege los órganos internos. Las articulaciones, las cuales intervienen para el desarrollo del movimiento, son el conjunto de estructuras que permiten la unión de dos o más huesos, y son fundamentales para que el aparato locomotor trabaje adecuadamente. El sistema muscular, con el que podemos adoptar diferentes posiciones con el cuerpo. Al girar o parpadear interviene el sistema muscular, responsable de que varios de los órganos muevan sustancias de un lugar a otro, como la sangre y demás fluidos corporales. El sistema nervioso, que permite el trabajo armonioso entre el esqueleto, las articulaciones y los músculos para que puedan trabajar generando el movimiento. El sistema nervioso, formado por el cerebro, la espina dorsal y los nervios, es el encargado de transmitir la información a través del cuerpo. Este sistema se encarga de detectar también los cambios en el ambiente, y como resultado de esto se dan ciertas respuestas, entre ellas el movimiento. Pero con el paso del tiempo nuestro cuerpo pierde movilidad debido a que en la columna vertebral, que es una de las partes más flexibles del cuerpo, van creciendo protuberancias óseas que se van endureciendo y le quitan flexibilidad a la columna.

Osteoporosis


La osteoporosis es una enfermedad en la cual disminuye la cantidad de minerales en el hueso, perdiendo fuerza la parte de hueso trabecular y reduciéndose la zona cortical por un defecto en la absorción del calcio, lo que los vuelve quebradizos y susceptibles de fracturas y de microfracturas.
La densidad mineral de los huesos se establece mediante la densitometría ósea.
Esta afección se produce sobre todo en mujeres, amenorreicas o post-menopaúsicas debido a la disminución del número de estrógenos y otras carencias hormonales . La deficiencia de calcio y vitamina D por malnutrición, así como el consumo de tabaco, alcohol, cafeína y la vida sedentaria incrementan el riesgo de padecer osteoporosis; la posibilidad de aparición en bulimaréxicas es elevada.
La práctica de ejercicio y un aporte extra de calcio antes de la menopausia favorecen el mantenimiento óseo. En ciertos casos, se pueden administrar parches hormonales, aunque siempre bajo estricto control ginecológico.

Causas
Los huesos están sometidos a un remodelado continuo mediante procesos de formación y reabsorción; también sirven como reservorio de calcio del organismo. A partir de los 35 años se inicia la pérdida de pequeñas cantidades de hueso. Múltiples enfermedades o hábitos de vida sedentarios pueden incrementar la pérdida de hueso ocasionando osteoporosis a una edad más precoz. Algunas mujeres están, también, predispuestas a la osteoporosis por una baja masa ósea en la edad adulta.
La menopausia es la principal causa de osteoporosis en las mujeres, debido a la disminución de los niveles de estrógenos. La pérdida de estrógenos por la menopausia fisiológica o por la extirpación quirúrgica de los ovarios, ocasiona una rápida pérdida de hueso. Las mujeres, especialmente las caucásicas y asiáticas, tienen una menor masa ósea que los hombres. La pérdida de hueso ocasiona una menor resistencia del mismo, que conduce fácilmente a fracturas de la muñeca, columna y la cadera.
En la prevención de la osteoporosis es importante una dieta alta en calcio y en vitamina D.

viernes, 1 de febrero de 2008

Huesos,musculos y articulaciones

Cada vez que te precipitas por los corredores porque llegas tarde a una clase, anotas un punto a favor de tu equipo durante un partido, o juegas al pool con tus amigos, estás utilizando tus huesos, músculos y articulaciones. Sin estas partes importantes de tu cuerpo, tendrías serias dificultades: no podrías sentarte, pararte, caminar, ni hacer ninguna de las actividades que realizas a diario.
De los pies a la cabeza, los huesos son el sostén de nuestro cuerpo y ayudan a darle forma. El cráneo protege el cerebro y le da forma a nuestra cara. La médula espinal, una ruta para los mensajes que intercambian el cerebro y el cuerpo, está protegida por la columna vertebral o espina dorsal. Las costillas conforman una cámara que alberga el corazón, los pulmones, el hígado y el bazo; la pelvis protege la vejiga, los intestinos y, en las mujeres, los órganos reproductivos. Si bien son muy livianos, los huesos son lo suficientemente fuertes como para soportar todo nuestro peso.
Las articulaciones están presentes en las uniones entre dos huesos. Hacen que el esqueleto sea flexible; sin ellas, el movimiento sería imposible. Los músculos también son necesarios para el movimiento: son masas de tejido elástico y resistente que tiran de nuestros huesos cuando nos movemos. En conjunto, los huesos, los músculos y las articulaciones (junto con los tendones, ligamentos y cartílagos) conforman nuestro sistema musculoesquelético y nos permiten realizar las actividades físicas diarias.